jueves, 11 de febrero de 2010

LA AMISTAD


LA AMISTAD

Con tono depresivo, lleno de tristeza, me contaba un día un amigo que él no tenía amigos. No es cierto, le dije, yo soy tu amigo, No, protestó, usted me trata por compasión, no por amistad. No era cierto, pero sí había mucha compasión, que no excluye la amistad. En contraste, otra persona se jactaba de tener muchos amigos con toda la felicidad del mundo, La amistad es el sentimiento más noble del corazón humano.
Me ha sucedido tratar a personas por muchos años seguidos sin la sensación de amistad, como conocidos, pero no amigos. Hace poco, por ciertas circunstancias de la vida, debí compartir una misión muy mixta ideológicamente, creyentes, ateos, indiferentes, y sucedió que comienzo a conversar con uno de los ateos profesos. A la media hora, le digo: tengo la sensación de ser amigos desde niños. El manifestó con entusiasmo que le sucedía lo mismo. Yo pensaba con dirección oeste y él con dirección este, pero nuestras posiciones frente al oeste y al este eran iguales, honestas, sinceras, abiertas, y nuestro modo de comunicarnos era simpático. Me sentí motivado a indagar sobre los elementos que constituyen la amistad entre personas. Pienso que existe una percepción intuitiva del valor espiritual del otro (no necesariamente en el orden moral), que nos permite ver al otro en uno mismo a pesar de infinitas diferencias.
Las personas pueden tener valores semejantes, pero no por eso generan amistad, se requiere que se dé una comunicación entre ambos, más allá del simple pensamiento, en un fondo de cordialidad mágico. Esta experiencia es feliz, enriquecedora. Su ausencia es dolorosa. Existe amistad entre tú y yo, si tú eres yo y, consecuentemente yo soy tú.
Dentro de las creencias populares se encuentran graves prejuicios. Escuché, casi sin querer una conversación entre dos amigas. Una comentaba a la otra que tenía entendido que alguien se había enamorado de ella y se le declararía. La amiga reaccionó como ofendida. ¿Cómo iba a ser, si ellos eran como hermanos? Muy amigos. Ella jamás hubiera pensado tal cosa. ¿Es que el amor sexual excluye la amistad? La muchacha lo consideraba inmoral.
Me puse a pensar en tales situaciones e hice una hipótesis. Si los novios no son amigos, sino interesados, cuando sean esposos tampoco serán amigos y cuando sean padres mucho menos serán amigos de sus hijos. ¿Qué sucederá si los novios no son amigos, ni los esposos, ni los padres? Se podría decir que sucedería exactamente lo que sucede. He visto esposos tratarse como enemigos mortales, He visto padres tratar a sus hijos como si fueran criminales. Un día pregunté a una mamá que trataba a su hija ya adulta como podría tratar un jefe de prisión al peor de los convictos, por qué trataba así a su hija, y me aseguró con toda la convicción del mundo, “que había que hacerlo así para que los hijo no se le montaran encima”. ¿Existirá alguna amistad entre esas dos mujeres? No, realmente no, Ni amor, ni respeto, ni cariño, ni felicidad alguna.
Creo que toda relación humana, sea cual sea, si no expresa amistad, es una acción frustrada, perdida, infeliz. Este es el sentido del “Ámense unos a otros”.