sábado, 25 de febrero de 2012

Les decía amigos míos, amigos y amigas, que teníamos todo un año para ser felices. . Pero debo confesar que me asusta la cara de extrañeza que ponen algunas personas cuando les digo esto, como si estuviese diciendo algún disparate de marca mayor. Me miran y creo que sienten que me burlo de ellos. Ahora le digo que mi mayor deseo para todos ustedes es que sean felices todos los restantes días de este año. En estos amables diálogos, siempre son amables, aunque no concordante, me explican, por ejemplo, que una madre, cuando su hijo cae enfermo g rave, por su propia naturaleza, sufre, se angustia, y no recobra su alegría, sino cuando su hijo se recupera. Y así existen muchas circunstancias en la vida que nos hacen sufrir de modo inevitable. No es verdad, concluyen, que se pueda ser feliz todos los días del año, y menos todas las horas del día. Para el que no está todavía iniciado esas razones parecen muy convincentes. Pero, si analizamos el ejemplo de la madre y el hijo enfermo, como cualquiera otro, hallamos estos resultados. Un niño, un adolescente, un joven, un adulto, cuando están enfermos, necesitan aliento, paz, esperanza, confianza, serenidad. Una persona triste a su lado, angustiada, no aporta nada, sino que resta a la causa del enfermo. Una mamá iniciada sabe que su paz, su serenidad, su confianza, su alegría, pueden ser parte importante para la curación de su hijo. Así que ella elije estar feliz, animada ante su hijo. Ella comprende que no se trata de fingir, la energía nace de la verdad, y que puede ayudar realmente a su hijo con la compasión de su corazón tranquilo, confiado, alegre. La naturaleza racional del hombre le capacita para aprender a reaccionar de modo inteligente ante las diversas circunstancias y llega a entender con toda claridad que sufrir no sirve para nada; así despliega una fuerza nueva para enfrentar cualquier circunstancia, por grave que parezca. No niego que en largo camino del aprendizaje, sufrir sea el modo más rápido de aprender quien ovale la pena sufrir por nada.

viernes, 10 de febrero de 2012

DEPENDE SOLO DE TI


En realidad, cada ser humano existe solamente desde su piel para adentro. Adentro de cada uno está lo que él ha entrado o dejado entrar, incluso sin su prmiso. No es un problema mayor encontrar que uno tiene pensamientos, sentimientos, deseos, de cosas que no quiere pensar, ni querer, ni desear. pro están ahí, en la conciencia, haciendo ruído. No es un mayor problema porque siempre es posible eliminar de nuestra conciencia aquellos contenidos que no queremos tener dentro de nosotros.
Existen contenidos perturbadores, miedos, temores, rabias, iras, enfados, estados depresivos, y así por el estilo. La buena noticia es que podemos elegir otros estados de ánimo, otras expeeriencias distintas como serenidad, paz, alegría, amor, satisfaccíon, bienestar. La diferencia entre estar triste o alegre es muy fuerte, pero usted puede elegir estar triste o estar alegre. Para poder hacerlo, se convence primero de que no existe ninguna obligación moral, ni de ninguna otra clase, para que tenga que estar triste. Sub tristeza no ayuda a nadie, tampoco a usted, nadie la necesita, ni usted tampoco.
Si logra convencerse del todo, verá que ya no se pone triste, sino que está alegre. Lo mismo sucede con todos los contenidos molestos, Simplemente lo analiza: no tiene ninguna obligación de estar perturbado, ni rabioso, ni lleno de odio. No tiene esa obligación, y por el gusto de estarlo no lo va a hacer.
Simplemente, estar feliz solo depende de usted. De que usted quiera.