lunes, 25 de febrero de 2013

LA HOJA SECA




Una hoja seca, caída de un árbol en otoño, fue en primavera una hoja verde, extremadamente fecunda, laboratorio milagroso en que la energía solar se convertía en vida. Ahora es solo eso, una hoja seca, buena para nada. Lo pasajero de la existencia es un tema constante de poetas, filósofos, místicos y artistas. Se debe renunciar a parar el tiempo, simplemente porque es imposible detenerlo. Alguien pensó que lo que había que hacer era aprovecharlo, no dejarlo irse vacío. Muchos lo llenaron de afanes y alcanzaron solamente dolor y fatiga. El tiempo huyó y ellos se quedaron lleno de dolor.

La rueda del tiempo deja detrás lo pasado y sigue rodando, indetenible, hacia lo futuro. Pasa por un presente tan breve que no puede medirse, Nos deja fatalmente colgados del pasado e incapacitados, llenos de prejuicios, para dar la bienvenida al futuro. Siempre sorprendente, siempre vacío y presuroso, el tiempo no regresa nunca. Así es el tiempo, fugaz y triste. ¿Qué puede hacerse para salir de esta trampa fatal de lo transitorio?

En realidad, yo no soy el tiempo, por más que exista dentro del marco del tiempo. Sin pasado, sin futuro, solamente en el presente, yo seré eterno, sin antes ni después, anclado en este ahora que me abraza. Diré a mi memoria, olvida el pasado, ya pasó. Diré a mis esperanzas no construyan castillos en las nubes, dejen que este augusto y solemne presente me acoja totalmente en su misterio.  Ahora no hay nada del pasado, ni del futuro, ahora estoy yo solo, sin tiempo.

Quien pueda permanecer en este ahora, absolutamente vacío de tiempo, de cosas acaecidas o por acaecer, estará en presencia de sí mismo, de su paz, de su alegría, de su amor, de su luz, y de Dios que lo habita. Este tal estaría frente al abismo de una felicidad eterna, ilimitada, plena. Esta conciencia revelará al hombre la grandeza de su ser. Ahora todo es amor, ahora todo es feliz.

La hoja seca que el tiempo secó y destruyó es testigo mudo y sordo del paso del tiempo, porque ella no tenía poder para escapar de su pasó mortal. Pero tú y yo no somos hojas secas. Llevamos dentro una luz de eternidad invencible, una fuente inagotable de felicidad, de juventud. Es en esa soledad silenciosa, más allá del tiempo, donde la felicidad vive y nos espera.

viernes, 15 de febrero de 2013

FELICIDAD MATYRIMONIO




La mayoría de las personas o están ya casada o se casarán. El matrimonio es un lugar de felicidad. Algunas parejas experimentan serias dificultades y su matrimonio  se les vuelve un infierno insoportable. En otros tiempos oí decir que el matrimonio es como la lotería, juegas y esperas ver qué resulta. No se puede saber qué sucederá cuando los días vayan pasando.
Los seres humanos experimentan una fuerte tensión  sexual que les impulsa al encuentro sexual de forma básicamente, instintiva, irracional. Es el hecho de que de estos encuentros sexuales nacen los nuevos seres humanos, absolutamente necesitados. Mediante la institución matrimonial se originan dos relaciones muy importantes para el género humano, las de esposos y padres.
La elección de pareja ocurre dentro de muchas circunstancias complejas y no todas racionales. Como el matrimonio es el resultado de los aportes de cada uno de ellos, debe suceder que no sea superior a los sumandos. El es un irresponsable, bebedor, mujeriego, violento, y ella es una libertina, que se acuesta con quien le haga cosquillas, y se casan. ¿Qué pasará? Puede suceder lo esperado, y también y lo inesperado, se unen tan estrechamente que construyen un matrimonio perfecto. A veces ha sucedido. Dos almas perdidas se encontraron y juntas salieron del abismo en que estaban hundidas.
La atracción sexual no implica amor a la persona, cuando solo ella existe, la pareja terminará odiándose. Realmente, ser objeto de apetencia sexual no es algo capaz de construir una relación humana realizadora. La relación amorosa matrimonial se realiza en la capacidad que tienen los dos de protegerse, cuidarse y consentirse mutuamente. Cuando lo hacen como lo más normal, se produce entre ellos una multitud de sentimientos positivos tal que sienten con toda claridad que para eso nacieron. Ahora son felices, y ni la muerte los separa. Así es verdad que el matrimonio es un lugar de felicidad, de inmensa felicidad.

lunes, 11 de febrero de 2013

AMOR ES FELICIDAD



Las experiencias afectivas del ser humano se pueden catalogar en cuatro géneros, tales son los estados afectivos generales, los sentimientos, las emociones y las pasiones. El dinamismo psicológico se inicia con las experiencias básicas de los estados afectivos generales, que son los modos primarios de sentirse, como sentirse alegre, triste, confiado o desconfiado, y todo lo demás, que es mucho.  Ante una buena noticia la reacción del triste es diferente de la del que está alegre. Una propuesta interesante para el desconfiado no es igual que para quien es confiado.
Estos estados afectivos generales están en un bajo nivel consciente, la persona apena los advierte, pero son el telón de fondo del escenario de la vida humana.
Los sentimientos son reacciones afectivas más estructuradas, más concretas. Nacen de la vitalidad, como la angustia y el éxtasis; del individuo, como sentimiento de poder, de honor y de inferioridad; otros son tran­sitivos, cósmicos, como el optimismo, el pesimismo, la seriedad o el humor. Expresan la mane­ra de sentirse en el mundo.
Las emociones son los mismos sentimientos elevados aun alto potencial. Los estados emocionales intensos no pueden ser prolongados mucho tiempo, lesionarían la salud, tanto corporal como mental. Desde el punto de vista moral se distinguen dos grupos, las emociones nobles, paz, alegría, amor, justicia, y las emociones negativas, ruines, bajas.
Las pasiones son emociones orientadas en un solo sentido, si son positivas elevan la vida, como la pasión por la justicia, la paz…, si son negativas, la envilecen, como hacen los vicios.  
Mediante su meditación, su reflexión y sus decisiones, el individuo influye para que sus estados afectivos generales sean de bienestar, que sus sentimientos  sean vitales, creadores de su estilo personal. Sus emociones serán aquellas que expresan nobleza y sus pasiones se resuman todas en un amor apasionado. Cuando el amor sea su único motivo, toda su pasión, entonces y solo entonces usted será una persona enteramente feliz. Simplemente, porque el amor es la felicidad. Hágalo el director de la sinfonía de todas sus vivencias afectivas, de su entera existencia.
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sábado, 2 de febrero de 2013

MES DE AMOR



Amar implica conocer, no puede haber amor a lo desconocido, pero amar es más que conocer. 
Un día me doy cuenta de que veo, oigo, gusto, huelo, palpo, imagino, pienso y siento. Existo, y me da alegría de esta existencia mía, y me acepto; ese día me amé, ahora tengo amor a mi persona. Cuando quiero ver en qué consiste este amo a mí  mismo, veo que lo más llamativo es una especial alegría luminosa que se enciende dentro de mí. Me aprecio, me acepto, me acojo. Amar es apreciar, aceptar y acoger dentro de una luz feliz .
Otro día me percato de que yo soy miembro de una multitud de personas, que vivo dentro de ellas, que tengo múltiples relaciones con ellas, que no me puedo pensar aislado de los demás, entonces amo a la humanidad. Amar a la humanidad es percibir una relación de pertenencia viva con los demás seres humanos, los demás son yo muchas veces repetido. Amarme y amar a la humanidad es un solo amor.
Has salido a dar un paseo, has visto las plantas, las palmas, los pinos, las flores, la hierba, la flora. Se te alegraron los ojos, se llenó de luz tu interior. Ese día has amado la naturaleza, dentro de la cual vives, vivimos todos. Desde los paquidermos gigantes hasta los microbios invisibles, la fauna, existe una cadena de vida, de la cual tú y yo somos el último eslabón. Es amar la vida, esa maravilla que, no por ser tan cotidiana, deja de ser maravillosa.
Ayer terminaste de construir una torre, la viste delante de ti imponente, majestuosa, y amaste tu trabajo. Hay un amor al trabajo. Una decoradora me dijo un día que a ella en lugar de pagarle por su trabajo, debían cobrarle, por el gusto que le daba hacerlo.
Esta mañana hemos visto salir el sol sobre nuestro país, lo vimos iluminado y nos alegramos de ello, de vivir en un país de luz, y se hizo el amor patrio. Y hemos bendecido la tierra en que nacimos y crecimos y nos hicimos buenas personas. Allí están nuestras raíces, es decir, nuestro amor.
Hoy hemos sentido que todo este mundo de nuestras experiencias ha nacido de la acción de un ser primero, eterno, padre de todo lo creado, y nos hemos experimentado como obra suya, como hijos suyo, y hemos amado a Dios. Una sutil luz de racionalidad nos ha llevado a un alto aprecio de este universo del que formamos parte, salido del amor de Dios.
Y desde este amor de Dios todo nos ha parecido amor. Incluso en la roca más seca y dura hemos hallado ternura y caricias. Hemos comprendido que Dios es amor, que todas las cosas son amor y que nosotros todos somos amor. La esencia de todas las cosas es el amor, por eso podemos ser inagotablemente felices.