lunes, 20 de septiembre de 2010

En paz con el dolor



“Felices los que sufre en paz con el dolor”
Este verso del gran Himno al Sol de san Francisco de Asís, nos interpela, nos denuncia, nos ataca, nos deja abobados. ¿Es que existe alguien que pueda ser feliz y estar en paz con el dolor? Nuestra experiencia es que si alguien sufre por causa de un dolor pierde la paz y con ella la felicidad. Creemos firmemente que no es posible al ser humano estar en paz con el dolor. Sin embargo, ahora viene este extraño sujeto, que se hizo pobre siendo rico, que se hizo mendigo después que no le bastó con ser pobre y nos dice, en un maravilloso himno, para que no faltara nada, que sí, que se puede ser feliz estando en paz con el dolor.
Quizá sea verdad, lo admitimos ahora hipotéticamente, que si estamos en paz con el dolor, si lo sufrimos con paz, estaremos felices. Que no es el dolor quien se lleva la felicidad, sino el no estar en paz con él. Nuestra cultura ha establecido que el dolor debe ser evitado, es un mal, que no se puede estar en paz con el. Desde muy niños así lo hemos creído. Ahora cuando sentimos algún dolor, sobre todo físico, nos creemos obligados a perder la paz, a sentirnos infelices y desgraciados.
El dolor físico es un mensajero, trae noticias a nuestra conciencia de que algo está mal en nuestro organismo. El dolor, sea que se crea o no, esta de nuestra parte. Nos avisa de existe algún daño, y nos llama a remediarlo. ¿No es el dolor parte de la enfermedad misma? ¿No es él mismo un daño? NO, es una alarma, un centinela que nos grita un alerta, que no nos deja indiferentes. Entonces, si no razono mal, ¿el dolor físico es un amigo del hombre? He conocido algunos casos de personas relativamente jóvenes, que murieron repentinamente de enfermedades que habían tenido sin experimentar dolor alguno. Si las hubiese detectado en sus principios habrían sido tratadas y la vida prolongada,
Existen los sufrimientos morales, psíquicos, producidos por conductas propias, consideradas como altamente malas, que duelen en el alma. Causan dolores espirituales, depresiones, iras, rabias dolorosas, desajustes psíquicos. Quien está envuelto en negras tristezas, ¿está también recibiendo un mensaje? Ciertamente, todo desajuste psíquico está enviando un mensaje a la inteligencia. Ese mensaje dice textualmente: “Estás usando mal tu inteligencia”.
Sí, efectivamente, toda reacción negativa tiene su razón de ser en un uso inadecuado de la inteligencia. Podemos recordar aquello de santa Teresa: “Nada te turbe, nada te espante”. Si la inteligencia actuara correctamente usted se diría, al fin y al cabo “todo se pasa”.
La conclusión vendría siendo esta: - No existe en la tierra, ni en el cielo, ninguna razón para perder la paz. Se puede tener paz con el dolor y seguir siendo feliz. Así redime el dolor.
“Felices los que sufre en paz con el dolor”