lunes, 27 de mayo de 2013

MADRE

Madre, aquella que nos engendró,
nos llevo en su vientre,
nos recostó sobre su corazón
y nos alimentó.
Desvelada, veló nuestros primeros sueños,
nos acarició con infinita  ternura,
nos abrigó con el calor de su cuerpo
largas horas jugó con nuestra peq
ueña humanidad,
nos enseñó las pineras palabras
y los primeros pasos que dimos.
Ella nos hizo senrir importantes,
la primera  persona que amanos fue ella.
En este día para ella toda la gratitud,
para ella que de viejos nos sigue llamando ""bebé".
Nunca crecismos lo suficiente
para que pudiera ella mirar a otro lado.
Sus ojos están siempre fijos en nosotros,
porque su amor es el mayor que existe.
Por ella hacemos hoy un alto en este viaje loco
y le decimos con un corazón de niño:
!Qué linda eres, mamá!

sábado, 18 de mayo de 2013

MADRE - PADRE






Para el destino de un ser humano no hay  nada tan definitivo que haber tenido una mamá buena. Para todo ser humano es verdad que la experiencia del cariño materno, de su ternura, de aquella presencia tierna y constante, es la fuerza generadora de un posterior equilibrio emocional, que sin esa vivencia es imposible enraizar hondamente en la propia personalidad. Por eso teníarazón Erich Fromm cuando decía que no hay dicha mayor que haber tenido una madre buena
Cuando debo acudir a mis más secretas reservas para enfrentar situaciones más dificultosas, mi fuerza se apoya en el regazo de mi mamá. Allí reposan todas mis seguridades, mis capacidades de retar el mundo entero. Sin ella no me imagino.  Yo tuve la suerte de tener una mamá buena, cariñosa, acogedora, y con ella mis tiernos años se hicieron fuertes.
Después, bastante después, encuentro una muy especial relación entre madre y esposo, que puede ser muy positiva o muy negativa. Primero diré algo sobre esa relación negativa, como yo la he podido observar. En los primeros días del nacimiento sucede que la madre está debilitada por el trabajo del parto, ella necesita ser atendida, y el recién nacido, tan desvalido, reclama muchos cuidados. La atención de la mamá se centra en su bebé, lo cual significa que se descentra de su esposo, y éste comienza a sentirse incómodo, termina siendo víctima de sutiles celos de su propio hijo y todo ello se convierte en frustración del padre, del esposo, y se aleja. Después comenta que ella fue más madre que esposa.
Una relación correcta entre padre, madre e hijo, se da en este orden: el esposo, supuestamente el padre, renuncia a ser centro y se vuelve asistente de la madre, la esposa, y, por medio de ella alcanza a su hijo recién nacido. Así los tres comienzan a constituir una unidad vital en la que padre, madre, hijo, se enlazan en un solo amor.
Yo no quiero creerlo ni afirmarlo, debe ser falso, pero a mi me ha parecido descubrir en ciertos padres claros signos de celos respecto de su propio hijo, Como si el bebé hubiese venido a interponerse entre él su esposa. También algunas esposas reconocen que fueron más madres que esposas.
He visto también todo lo contrario, esposos que se vuelcan sobre la esposa- madre y se olvidan de sí mismos. Es a través de la madre que el padre llega al hijo recién nacido y así en ella se reconoce padre. La madre llevó a su hijo nueve mese en su vientre y el padre la llevó a ella todo ese tiempo en su corazón. Cuando nace el hijo de los dos están perfectamente unidos, los tres extrañamente unidos, felizmente unidos. Es ya la familia. El amor logrado.
Cundo la familia se realiza en esta dimensión se hace una  fuente inagotable de felicidad. Pero muchas veces no se da esta perfecta armonía, y los hijos van creciendo con un sentimiento de orfandad, de sutil tristeza.



lunes, 13 de mayo de 2013

SÍ SE PUEDE





Hoy he recordado una acalorada conversación que tuve hace años en una Iglesia católica de la Habana. En mi exposición yo había insinuado tímidamente que se podría alcanzar un cierto grado de felicidad en la vida de modo estable. Al final una buena señora me enfrentó delante del grupo de personas que me rodeaba y en forma de absoluto convencimiento me dijo, de modo que todos lo oyeran, que yo estaba muy equivocado, que en esta vida cuando más se podían lograr algunos momentos fugaces de felicidad. Esa era la verdad y todo lo demás era falso.
Yo, que sí se puede, y ella, que no; finalmente todos que no y yo solo que sí se puede ser feliz. Sus argumentos eran sus experiencias, ella había intentado muchas veces ser feliz y cuando no era por una cosas era por otras, nunca lo había logrado.  Los demás estuvieron de acuerdo. Sin pudor ninguno me atacaron, me despedazaron. Yo no era más que un iluso. Ella exhortó a los presentes a no ser ilusos. No se puede ser feliz. Realmente estamos expulsados del paraíso.
Obviamente, quien crea que es absolutamente imposible ser feliz, no podrá serlo. Si por una de esas cosas de la vida, se siente feliz en un momento dado, tan pronto como se dé cuenta del hecho, la duda vendrá cargada de dolor y hará naufragar aquella nave tan débil. Y se convencerá una vez más de que la felicidad es imposible en esta vida. La trampa es perfecta. Cuando alguien cree que algo es imposible, ni aún, cuando lo vea delante de sus ojos lo creerá, porque es imposible. Una persona lógica, reflexiva, decide no querer ni buscar aquello que sea imposible por ser lo único razonable. Dado que la felicidad es imposible, no hay que buscarle, ni quererla, ni desearla, es algo imposible.
Razoné que si era posible un minuto, también podría serlo durante dos minutos, y así, minuto tras minuto, hasta una hora; y luego una hora tras otra hasta un día.  Debí hacer diversas investigaciones. Descubrí  que soy feliz cuando tengo lo que quiero. Entendí que no soy feliz por lo que tengo, sino porque quiero tenerlo. Un día llegó una prueba definitiva, lo que yo tenía era fiebre de 42 grados y un horrible dolor apendicular. ¿Podría ser feliz con aquello? Viví el más ambiguo momento de mi vida hasta hoy. Me acogí, me amé, esperé gozoso el momento de la operación y, ni aunque yo lo crea, fui feliz.
Y con este secreto de querer lo que tengo voy siendo feliz. Antes no pensaba que yo tuviera tantas cosas hermosas, grandiosas, como ahora tengo. La más preciosa de ellas es ese grupo de personas que han decidido ser felices.  Ya somos más de cuatro los que creemos que podemos ser felices y, ¿saben una cosa? Lo somos.
No lo dude, usted puede ser feliz. Vale la pena intentarlo.

martes, 7 de mayo de 2013

TRABAJAR




Trabajar es la fuente mayor de felicidad del hombre, imagen de Dios creador. No sé la razón, pero nadie quiso hacer un comentario, quizá por demasiado sabido. Pero tengo la impresión de que trabajar para muchas personas no es fuente ninguna de felicidad, sino de todo lo contrario. lo cual es un grave error Yo disfruto mucho mi trabajo, decir misa, confesar, atender personas, escribir, leer.
Hice recientemente un viaje a Bávaro por tramos de carreteras muy nuevas, muy cómodas, hechas, ¿quién lo diría?, con el trabajo del hombre. Vi nuevos y bellos edificios, hechos con el trabajo del hombre.
La tierra es bella, bellísima, es fruto del trabajo de Dios. Después nosotros, hijos amados de Dios, semejanza suya, hemos seguido llenando la tierra de cosas bellas, útiles, con nuestro trabajo embellecemos cada día la tierra, somos continuadores de la obra de la creación de Dios. Todos somos creadores, artistas, que durante siglos hemos acrecentado la belleza del mundo con nuestro trabajo.
Miguel Angel puede contemplar complacido la Piedad que acaba de tallar con su trabajo en el mármol escogido por él en la cantera. Antes, otros con su trabajo debieron cortar el mármol trasladarlo y ponerlo en la posición requerida. También ellos fueron artistas en su trabajo. Tienen todo el derecho del mundo para sentirse felices. Todo el que hace algo con sus manos, o su voz, o su mente, esta enriqueciendo el mundo, por pequeño que sea eso que produce.
Quien permanece cuadruplégico en una cama, con un mínimo de conciencia, de razón, articulando alguna palabra, está llenando un vacío con ese resto de trabajo que hace. A causa de él, la tierra es más hermosa. Desde lo más excelso a lo más mediocre discurre lo existente, y todo es bello, el brillo de las estrellas en la noche y la ignorada piedrecita al lado del camino que nadie ve. No importa lo que hagas, antes no estaba y ahora está, está ahí gracias a tu trabajo.
Si sucede que no tienes conciencia de ello y crees digo tonterías, pregunta a quien no tiene manos cuanto daría por tenerlas y poder tocar su cara, aunque solo fuera eso. Si no sabes valorar lo que haces, sea cual sea tu trabajo, pierdes las satisfacciones más hondas de la vida.