viernes, 21 de marzo de 2014

PRIMAVERA




No importa la enfermedad.
La respuesta es siempre el amor.

Escribirlo, decirlo, oírlo, es fácil, vivirlo implica mucho más. En este día de primavera, de un poco de mejoría, queridos amigos, no quiero dejarlos sin mi saludo, sin compartir con ustedes algunos sentimientos que me acompañan hoy. En estas setentainueve primaveras cumplidas, muchas cosas han pasado por donde yo estaba, cosas marchitas de invierno, cosas fogosas de verano, cosas lánguidas de otoño y cosas nuevas de primavera. Acepté la idea de que podía ser feliz con todas ellas. ¿Lo he sido? ¿Lo soy?
Sin duda alguna, me ha sido más fácil en primavera, por eso me asaltaron estos versos que les dejo:

He soñado un lugar dichoso
donde siempre es primavera.
La misma luz te acaricia,
escuchas el mismo cantar,
como si fuera por primera vez.
Allá donde lo mismo es nuevo,
donde el tiempo se queda
en primavera siempre.

Y es que la primavera la llevamos dentro también en otoño. Hoy los invito a ser felices en primavera.


  

miércoles, 5 de marzo de 2014

MÁS ALLÁ DEL TIEMPO




Reflexión para este tiempo.

Mi tiempo comenzó el día que nací. Antes había compartido un tiempo con mi madre. Abrí los ojos a este mundo, vi sus colores, oí sus ruidos, probé sus sabores, sentí sus olores. Hice mi mundo.
Mi tiempo terminará el día de mi muerte, cerrarán mis ojos que ya no verán¸ y así mi iré del mundo que construí.
Yo creo en la resurrección de los muertos, yo espero la vida del mundo futuro. Según mi creencia, entraré en la eternidad cuando salga del tiempo. Dejaré lo transitorio para entrar en lo definitivo.
Esta entrada en lo eterno, en Dios, la imagino como el encuentro del hijo con el Padre amoroso, sumo bien, llama viva de amor, el abrazo de la felicidad sin nombre, la gloria propia del inmortal, donde se canta para siempre el himno a la vida.
Esta estancia en el tiempo quisiera pasarla como un preludio de eternidad. Ahora vivo donde todo se pasa, por eso estoy de paso, pero de paso hacia donde nada se muda. Más allá del tiempo.
Salí de la nada por la acción de la bondad y la gracia y vuelvo a la gracia y a la bondad. Y eso encontraré, infinita gracia, infinita bondad, sin juicios ni acusaciones, ni condenaciones.

Mi fe cristiana, liberada de arrastres ajenos, en su verdad y pureza, es la fuente de felicidad más grande que puedo pensar.  El Amor eterno me llamó al tiempo y ese mismo eterno Amor me llama a la eternidad con la única voz que tiene, la dulcí
sima voz del Amor.