Quizá sea cierto que necesitamos al menos un amigo. La amistad es una experiencia feliz. Sin duda alguna será bueno hacer un examen de la amistad que nos ilumine sobre su bella realidad. Decía en la reflexión anterior que nada hay tan importante para las personas como vivir relaciones humanas positivas y agradables. Es bueno tener amigos.
Supongamos ahora que oímos un dúo musical y que uno de los cantantes desafina. Lógicamente resulta desagradable. Abramos nuestra mente al concepto de armonía. La amistad es una muy especial clase de armonía. Aquí tiene lugar el primer error: pensar que el otro tiene que armonizar conmigo o que soy yo quien tiene que hacerlo con él para que exista amistad. Esto conduce a la idea de que quien quiera ser mi amigo, debe sintonizar conmigo y yo con él. Si es así, si se admite que sea así, la conclusión es que mi amistad depende de otros y no de mí mismo.
Si alguien elige estar en el mundo como un crítico de los defectos ajenos, buscando las debilidades de los demás, no le alcanzará ningún tiempo ni espacio para hacer la colección de defectos y debilidades ajenas. Son infinitas. Quien hace esto se llena de desprecio por los demás, de tristeza y amargura. Nadie querrá ser su amigo, ni él será amigo de nadie. Existen personas que emplean toda su inteligencia en la observación de lo defectuoso y cuantos más defectos descubren, tanto más se sienten inteligentes y realistas. Caminan hacia una muerte prematura.
Quien elige estar en el mundo buscando amor, atento a lo positivo, descubriendo la bondad que puede haber en cada persona, la belleza que brilla en cada cosa, por humilde que sea, y, a la vez, perdonando lo defectuoso, se llena de amor a los demás, de alegría y dulzura. Es una dicha encontrarse con estas personas, es posible y agradable tenerlas por amigas. Estas personas disfrutan la amistad, son buenas para celebrar la fiesta de la vida, una extraña felicidad las acompaña.
Por consiguiente, se puede elegir y rechazar la amistad. Quien elige mirar lo que separa y enfrenta, estará siempre triste. La persona que usa su inteligencia de una forma constructiva busca amor y ofrece perdón. Lo contrario es hacerse daño a sí mismo. Y eso nunca es inteligente.
La amistad puede tener algunas determinaciones, como la simpatía o la empatía, que expresan sintonía entre determinadas personas, pero también puede extenderse a toda la humanidad, por aquello de que todo ser humano es mi hermano o mi hermana, sin importar para nada su condición. Todos tenemos la experiencia de que en ciertos momentos de la vida hemos recibido auxilio de personas absolutamente desconocidas y que también nosotros hemos brindado nuestra ayuda a personas de las que sólo sabíamos que estaban necesitadas.
Yo cuento con más de seis mil millones de amigos repartidos por toda la tierra. Doy por hecho que tendré relaciones personales con muy pocos de ellos, pero mi amistad se extiende a todo ser humano sin excepción. Me siento muy dichoso cuando sé que mi corazón está lleno de amor por cada uno de los seres humanos que existen, han existido y existirán.
La división entre buenos y malos no invalida mi sentimiento porque quizá sean los malos los más necesitados de amor. Allá, en la esencia de todo ser humano, existe una bondad y una belleza indestructible. Hasta ahí debe llegar mi amistad. Es muy feliz tener tantos amigos.
Cultivar la separación, lleva al enfrentamiento, a la violencia, y ello es fuente de sufrimiento. Para mí, por increíble que parezca, todo está bien. Un día, frente al mar, comprendí que no puedo ser más que Dios. Si a su mirada todo está bien, no hay razón alguna para que algo esté mal a mis ojos. Desde aquel día frente al mar, ¿por qué seria frente al mar? Me siento muy feliz. Todo es mi amigo, desde la roca hasta el ángel, porque yo decidí mirarlo así.
3 comentarios:
“La amistad, se fundamenta en la confianza en el otro, que no exige nada sino recibir lo que el otro buenamente quiera dar.” Esto me lo dijo al principio de esta Cuaresma un amigo. Y ha sido un gran aprendizaje en mi vida.
Gracias por tus palabras. Hoy Jueves Santo y desde España, las recibo como una Bendición.
Jose
FELIZ PASCUA, padre y un abrazo.
SALUDO PASCUAL
¡Exulten los coros de los ángeles en el cielo!,
¡Desborde la alegría por toda la creación!,
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad.
La luz radiante venció a las tinieblas.
Felices Pascuas
En el amor de Jesús resucitado
Teresa
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