Comencé este Blog sobre la felicidad citando a Leo Busgaglia quien afirmaba que la felicidad es una decisión. A estas alturas se puede pensar que esa decisión debe ser muy compleja, muy abarcadora. Parecería que la felicidad es más que una simple decisión. Cierto, más que una simple decisión, pero una decisión de todas maneras. Nadie discutiría que no se puede ser hondamente feliz viviendo de tonterías, sin compromiso ninguno, de modo irresponsable. ¿No basta una decisión?
Por supuesto que basta. Usted decide ser feliz y, naturalmente, hacer todo aquello que se requiera para serlo. Lo primero es lanzarse a la conquista de la paz interior, y, según logra permanecer en ella, experimenta que su existencia se hace más agradable, que se siente bien, alegre. Esto es absolutamente así. Nadie que lo haya intentado ha tenido una experiencia diversa, tener paz interior y sentirse mal, estar triste. Quizá usted no esté hoy para teorías abstractas, y así no quiero hacerle ningún razonamiento acerca de por qué es así. Simplemente, compruébelo usted mismo. Dedique algunos minutos cada día a mirar dentro de usted y buscar paz interior. Sí, deponga todo sentimiento agresivo, cálmese, dése un poco de sosiego. Sonría en su interior, cuando se sienta mejor con usted mismo, compruebe su estado de ánimo respecto del mundo exterior, ahora se siente más reconciliado con todos y con todas las cosas. Es posible que usted prefiera emplear ese tiempo viendo televisión, o cualquier otra cosa.
Dígame que yo soy un cuentista. Que usted ha tratado muchas veces de hacer eso mismo que yo digo y sólo ha conseguido estar más tenso, aburrido, en fin, sintiéndose peor. Se lo creo, a mi también me ha pasado y todavía me pasa. Pero si usted espera que la felicidad le caiga del cielo en paracaídas, se va a morir triste; del cielo no le va a caer. Hay que ganársela. Entonces vamos a examinar las cosas desde su principio. Lo primero es examinar la propia posición: ¿Cree usted que el ser humano en esta vida puede alcanzar un estado inmutable de felicidad? Según la experiencia común, quizá se pueda decir que la inmensa mayoría de las personas no lo cree. Si usted lo cree es una excepción entre miles de millones de seres humanos que no lo creen. Quizá sea bueno reconocer que usted tampoco lo cree para nada.
- ¿Cree usted realmente que las personas pueden ser felices de verdad?
- ¿Todo el mundo?
- Sí todo el mundo.
- No, algunos nada más, seres muy privilegiados.
En su caso particular, ¿Cree que usted puede ser una persona plenamente feliz? Si ya lo es, no tiene problema alguno. Supongamos que todavía no lo es. En este caso se debe dar por cierto que no cree que usted pueda ser plenamente feliz. ¿Conoce usted alguna persona que parezca ser feliz a plenitud? Quizás no. Realmente son muy pocas. Pero quizás le resulte atractiva la posibilidad. De todos modos sería bueno ser feliz. En el punto de partida usted debe examinar con profundidad su percepción de la posibilidad real que tiene de ser feliz. Ciertamente, usted no cree que pueda ser feliz, entonces tampoco lo puede querer y menos decidir.
Vamos a ponerlo en gerundio: ¿No sería estupendo que se pudiera ser plenamente feliz? ¿No sería maravilloso para usted ser realmente feliz? Quizá debamos aprender a soñar con eso. Nada ha sido real si antes no se soñó. Quizá ahora no necesite creer que puede llegar a ser una persona totalmente feliz. No lo rea. Comience por soñarlo. Sueñe que usted es una persona feliz. El día que menos lo espere despertará siendo una persona feliz.
3 comentarios:
Saludos y bendiciones Padre Marciano, sería maravilloso ser plenamente feliz. Voy a comenzar a soñar con esa felicidad...plena.
Padre podría hablarme un poquito de su felicidad...Un abrazo y bendiciones.
Carmen
Carmen, con soñarlo ya se obtiene una buena felicidad. Me pides que te cuente de mi falicidad. Hace 20 mil millones de años este mundo no existía, existe desde hace 15 mil millones. Dentro de unos millones de millones años ya no exsirá para nada. Entre ese comenzar y ese terminar, existo yo, pero no para acabar para siempre, sino para vivir eternamente en la gloria de Dios. ¡No es una increible alegría haber nacido en la tierra? ¿No es una absoluta alegría haber nacido en la tierra, lugar estrecho y oscuro, para ir a la luz y la infinitud de Dios? Esa es mi felicidad esencial, después están todas las pequeñas cosas que me llegan cada día.Hoy ha llegado algo muy feliz a mí, tu mensaje, tu foto, tu perfil. Es imposible ser más feliz. Marciano
¡Padre Marciano que alegría recibir su respuesta!.Dios le pague y la Virgen Santísima le bendiga y le conserve en salud.
Si Padre doy gracias a Dios por mi existencia, por vivir, por tantas cosas hermosas que me han llegado: mi familia, mi esposo, mis hijos . Y tantas personas bondadosas y santas que he conocido y que el Señor me presenta cada día.
Gracias Señor Jesús por el Padre Marciano...un abrazo y bendiciones
Carmen
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