Encuentros felices.
Usted se fue de vacaciones y se encontró con sus familiares, con viejos amigos, con paisajes ya olvidados que renacen en su mente ahorarenovados y luminosos. También pudo ir de vacaciones a lugares desconocidos en los que no existe nadie familiar o amigo suyo. Está ante lo desconocido. La emoción ahora es descubrir lo nuevo, quizá lo maravilloso.
Son situaciones llenas de oportunidades para ser feliz, pero usted las puede volver tristes, desdichadas, si toma una posición negativa. Un caso, entre miles, podría ser el siguiente. Usted vive rodeado de comodidades en un medio desarrollado y viaja a visitar unos parientes que viven en un nivel de vida inferior como parte de sus vacaciones. Pronto nota en vivo y directo las diferencias y comienza a tomar posiciones críticas, y a lamentarse de las incomodidades, a resentir la situación, y termina siendo infeliz, sin percibir el cariño de aquellas personas sencillas, ajeno a los gestos de exquisita humanidad, al aprecio y bondad con le expresan. Usted perdió la oportunidad de disfrutar una especial felicidad.
Sucede a veces que algunos individuos quieren vivir sus vacaciones con la mayor intensidad posible, se entregan a toda clase de actividades, se fatigan, se cansan, se molestan y resultan desagradables, rompen el ritmo de sus familiares o amigos y sólo consiguen estar malhumorados. Allí donde usted vaya, descubra lo positivo que siempre existe, y ande a marcha lenta. Disfrute esos encuentros que pueden ser muy felices.
2 comentarios:
Padre Marciano:
Me alegra saber que está disfrutando sus vacaciones.
Dios le bendiga.
IVELISSE
Hola Padre, cuanto razón encuentro en su post, el disfrute del momento depende de nosotros mismos, somos quienes hacemos del paseo algo agradable o frustrante.
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