Queremos confrontar la tesis de muchísima gente de que la felicidad no es posible en esta vida. El intento es mostrar que si es posible.
martes, 30 de agosto de 2011
APRENDA A USAR LA FE
Muchas personas creen que tienen toda la razón del mundo para sentirse molestas cuando las cosas no suceden como ellas esperaban. Esta creencia implica una posición falta de inteligencia, no es verdad de ninguna manera, es absolutamente falso que nadie tenga que sufrir por razón de que las cosas sean de otra manera a como se había proyectado.
Lo verdaderamente razonable es aceptar los acontecimientos tales y como son y ser felices con ellos. Si lo sucedido es la muerte de alguien querido, no ha sido una desgracia, sino el cumplimiento de una meta y, para nosotros los cristianos, la llegada a la vida plena en la gloria de Dios, y eso debe ser un motivo de honda alegría.
Muchas personas se sienten muy solas después de la muerte de un familiar o un amigo. Hablan del vacío que ha dejado. Ya no está aquí, dicen. Para ellos es imposible experimentar felicidad alguna en esos momentos. Así es de hecho para muchas personas, es innegable. Cuando yo recibo la noticia de la muerte de personas que me han estado unidas, las siento con Dios en el cielo y como el cielo está en todas partes las siento cerca de mí. Sé que un día estaré yo también en esa luz eterna de infinita paz y amor.
Cuando un corredor de maratón entra en el estadio, todos se ponen de pie y aplauden. Quizá la vida sea una carrera maratónica, que termina felizmente en la meta del estadio. Nos ponemos de pie y aplaudimos. Lo que sucede es que nuestra cultura cristiana se quedó con el culto a los muertos y la incertidumbre de su salvación; ¿cielo, purgatorio, infierno? Quizá el corredor no pudo entrar en el estadio, se quedó fuera; y ahora sólo queda llorar.
Use su inteligencia, vea las cosas de otro modo. Creemos en un solo Dios Padre Todopoderoso. Nada podrá apartarnos de su amor, ni nosotros mismos. La muerte es la entrada a una vida eternamente feliz en la luz de Dios, nuestro Padre. Nada tiene que ser triste para los que creen en Dios. Ni la vida ni la muerte. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
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1 comentario:
Mi querido Padre Marciano, como siempre sus palabras llegan a uno como susurros de Dios, precisas, acogedoras,penetrantes; colmadas de paz y sabiduria. Hace un mes y unos dias mi madre murio, y a pesar de que a veces siento un poco de tristeza producto de mi propio egoismo humano, siento como usted dice una Felicidad inmensa!, porque se, estoy segura que mi madre esta junto a Dios, abrazada por su infinita Misericordia...ya no sufre, no siente dolor...ahora sonrie, esta feliz,reluciente, esta con Dios!!....
Gracias por todo mi querido Padre Marciano. Que Dios lo siga bendiciendo. Lo quiero mucho.
Vivian (Miami)
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