sábado, 1 de diciembre de 2012

SE PUEDE SER FELIZ EN DICIEMBRE





Diciembre es un mes melancólico, termina y comienza un año litúrgico, y nos lleva muy rápidamente a la Navidad y la despide con mayor presura. Diciembre es el último mes del año civil. Más al norte, la alegría blanca de la nieve envuelve la tierra de una paz muy especial. Más al ecuador, la sequía pone triste los campos. En diciembre se reúnen las familias para celebrar, y allí los más ancianos comentan que probablemente esta sea su última reunión. Alguna ancianita derramará lágrimas y aguarán la fiesta. Psreciera que diciembre no es un mes para ser feliz.

Diciembre es el sepulturero que abre la tumba para enterrar lo viejo y prepara la cuna para que nazca lo nuevo. Ese es el ciclo de la  vida: nacer,  crecer y morir. Diciembre nos recuerda estas cosas. Aquí se llega a una frontera cerrada. Pero diciembre es también el mes que nos trae el mensaje del cielo, de paz y de vida, y nos abre la frontera del tiempo y nos pasa a la eternidad. Entonces, se puede ser feliz en diciembre. Dios ama a los hombres, nos lo dijo en diciembre cantado por voces de ángeles.

Como símbolo del fin del mundo diciembre nos recuerda que venimos en la rueda del tiempo  rodando de día en día, de semana en semana, de mes en mes, de año en año, hasta aquel 31 de diciembre del último año del tiempo en que aquella rueda se detenga y entremos en aquella paz de lo eterno glorioso. También se puede ser feliz en diciembre.

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