viernes, 18 de enero de 2013

TODO SE PASA





Santa Teresa escribió en su poema más conocido “Nada te turbe”. La razón de ello es que todo se pasa; siendo así, no  vale turbarse por cosa alguna, de todas maneras se pasará y te verás libre de ello. La santa doctora escribió “nada te turbe, nada te espante” La vida de muchas personas está llena de turbación y espanto, de infelicidad, como si los males no acabaran nunca.
Tenemos una facultad maravillosa, la memoria, almacén de todas las experiencias. El psiquismo humano funciona con los servicios generosos de la memoria. Ella tiene sus leyes propias, es selectiva, recuerdas y no tienes mayor dominio sobre lo que viene a tu memoria, recuerdas lo que no quieres y lo que quieres no lo recuerdas. Por qué viene algo a tu memoria es difícil de definir. Algunas veces será porque quieres, y otras muchas, los recuerdos vendrán sin tú quererlos. No puedes impedir que vengan, pero los puedes dejar ir sin turbarte, finalmente se pasan.
Se supone que el psiquismo se mueve por interés del sujeto, para salvaguardar la integridad del yo. Muchas veces te has sentido amenazado y has temido por tu vida o tus valores, esas situaciones fueron guardadas por la memoria en forma de angustia. Las situaciones ser pasaron, pero el recuerdo angustioso de ellas se quedó en tu memoria. Cuando afloren en el subconsciente te sentirás angustiado don dsner por qué. Si tienes el entrenamiento mental suficiente puedes regresar con la memoria a los hechos originantes, descubrirlos y racionalizarlos. De todas formas, esos dinamismos molestos del psiquismo también se pasan. Entonces vienen, como mansas palomas, tus recuerdos positivos. Ahora puedes comprender mejor que Dios no se muda.
Es decir, ninguna perturbación, ni externa ni interna, tiene un dominio soberano sobre ti, todo se pasa, no te turbes, goza de la paz divina que hay dentro de ti. 

Nadie puede ser una persona feliz sin el cultivo esmerado de su mente. En definitiva, de su yo. Nada te espante.

sábado, 12 de enero de 2013

SALIR DE LA ILUSIÓN





Nosotros hemos comenzado el año con el santo deseo de que Dios nos ayude a tener más. San Juan de la Cruz escribió: “Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada”. Existe una extraña relación entre estos tres términos, todo, algo, nada. Vamos al espacio de los sentimientos, emociones y pasiones, que son las agarraderas con que agarramos y poseemos las cosas mentalmente. De ello hablamos. No de posesiones materiales.
Venir a poseerlo todo. ¿Qué es todo? Todo es el Creador y la entera creación. Lo opuesto a todo es nada, ninguna cosa. Algo es alguna pequeña parte del todo. Algo es una fracción, por mucho que sea. Si tu deseo, si tu mente, se orienta a querer algo, alguna fracción del todo, ciertamente no estarás teniendo el todo y así te quedarás vacío
¿Existe alguna razón para desear tenerlo todo?  Sí, existe una razón inmensa, imponderable. Simplemente, solo el todo te puede hacer totalmente feliz. La felicidad es un todo, no fragmentos. Muchas personas tienen buchitos de felicidad, goticas de felicidad que gotean de los algos. Pero la felicidad plena, total, sin límite, la da solo la posesión del todo. Siempre que quieres algo, te limitas a él, y quedas preso en su poquedad, atrapado en su impotencia, y allí sufres y te ensucias y padeces. Algo es siempre un fanguero de ser, una miseria.  Entonces, ¿qué hacer, si vivimos dentro de los fragmentos de los algos? Si alguien desea comer frutas y come una manzana, ¿qué pasa? No pasa nada, solo que obtiene, si es el caso, un fragmento de felicidad. Y… se quedará con hambre, no de manzanas, sino de felicidad.
La solución es no quererlos, es decir, no estimarlos, no valorarlos, como si ellos fueran el todo. Es necesario suprimir la ilusión de que la suma de algos nos acerca al todo. Tenemos la idea de que el todo está fragmentado en diversas partes, en pequeños algos, ¿cómo vamos a percibir y entrar en el todo? Pues, ya se sabe, no queriendo algo en nada. Si usted desea comer una manzana, pero no hay, sino peras, entonces no llore por la manzana que no hay, disfrute la pera que sí hay. La forma de que desaparezca la ilusión es no identificar nunca ningún algo con el todo. ¿Qué significa todo esto? La absoluta libertad para no dar más valor a cada cosa que el que tiene, que siempre es muy poco. Quedarse libre, quedarse feliz.

jueves, 3 de enero de 2013

TODO UN AÑO





Han transcurrido casi tres días del año 2013. Quizá la única diferencia con los anteriores  sea que muchos artículos han subido de precio. Creo que es excelente idea recordar otra vez que cada minuto de este año se nos ha dado por ser felices a pesar de los avatares de la vida.
¿Dónde estoy hoy a principio de año? ¿A qué distancia de la paz? Tenemos todo este año para perseguirla y no dejar que se escape. ¿Todavía dejo que las cosas exteriores me afecten de modo negativo? Quizás siga este año creyendo que se dan situaciones en las que la paz se pìerde inevitablemente. Si alguna de esas situaciones se dan, tendré que perder la paz sin remedio. Por mi parte, me he asegurado este día primero de año de que nadie necesita que yo pierda la paz, ni que tampoco yo lo necesitaré para nada. Para mí, en virtud de mi decisión, este será un año de paz.
¿A qué distancia de la alegría? ¿Sigo todavía este año pensando que la alegría la dan las cosas exteriores cuando son como nosotros queremos? Este año voy a ahondar la idea de que la alegría es una forma de mi ser. Yo soy alegría, porque yo soy amor, porque el amor es eterno, porque vengo de Dios y a ël retorno sin que nada ni nadie lo pueda impedir.  No estoy obligado a sufrir por absolutamente nada ni de este ni de ningún otro mundo posible. La tristeza no tiene poder alguno para construir, simplemente es destructora. Este año aprenderé que nadie, tampoco yo, necesita de mi sufrimiento. Ningún Dios en el cielo ni ningún hombre en la tierra necesita mi tristeza. Le diré adiós a la tristeza. En mi sala de lujo recibiré la alegría.   
¿A qué distancia estoy del amor al comenzar el año?  El amor nace de la raíz de la paz y florece en la brisa tibia de la alegría. Si no tengo paz ni alegría no tengo amor. Pero debo considerar muy atentamente que yo necesito tanto como respirar, amar más y más. A nadie le hará mal que yo amé, el mundo será más hermoso si hay más amor. Quiero embellecer el mundo con la luz de mi amor. 

Ningún sentimiento hostil tendrá asiento en mi corazón. Decido hoy hacerme de azúcar para que me coman las hormigas. Quizá pueda yo este año aprender la lección del amor incondicionado.