Este viejo precepto, con su tinte de
individualismo, tiene el poder de centrar tus energías en la dirección de su
máximo rendimiento. Introduces esta división: lo tuyo, lo ajeno y lo de Dios.
Lo tuyo es lo que está en tu poder hacer, lo ajeno es lo que está en el poder
de otros y lo de Dios es aquello que está fuera del poder del hombre. Siempre
que quieras hacer lo ajeno, tendrás como resultado la frustración, la
decepción, y no serás feliz. He conocido bondadosísimas abuelas tratando de
guiar a sus nietos por el buen camino, pero con pésimos resultados. Lo que los
nietos, los hijos mayores de edad, deban hacer es propio de ellos, no de sus
abuelos ni de sus padres.
Una persona adulta debe asumir su
responsabilidad y hacer lo que le corresponde, pero si ella no lo hace se queda
sin hacer. Así de simple. Cuando no haces lo tuyo solo puedes esperar
sufrimiento, cuando tratas de hacer lo ajeno, la frustración será la recompensa.
Es cierto que eres un individuo, distinto de todos los demás, e igual a ti
mismo.
También es cierto que estás en medio de los
demás. Imagina una composición musical, realizada con cientos de notas
armoniosamente ordenadas. Cuanto más cada nota se ella misma, tanto mejor se
oirá la melodía. Así, cuanto mejor hagas tú lo tuyo, tu relación con los demás
será más rica, más armoniosa.
Existen tres cosas realmente importantes,
decisivas para ti. Tu paz, tu alegría y tu amor. Si las logras, tú estarás bien
y los que se encuentren contigo se sentirán dichosos. Tú siempre tranquilo, tú
siempre contento, tú siempre amoroso, muy bueno para ti. Y muy bueno para los
demás que se encuentre contigo.
Pero tu paz, tu alegría y tu amor, es asunto
tuyo y solo tuyo. Haz, pues, lo tuyo.
Serás feliz. Toda energía que gastes en hacer lo ajeno será perdida para
ti y molesta para el otro. Haz lo tuyo y habrás cumplido con toda la humanidad.
Lo tuyo es tu paz, tu alegría, tu amor. Hazlo y serás un ser feliz en medio de
otros seres que también serán felices contigo.
4 comentarios:
Nada más cierto que sus palabras! Sabiduría en acción!
Gracias por compartir su paz, su alegría y su amor con todos nosotros.
Zaidy.
Hace un tiempo que necesitaba recordarme a mi misma y tomarme mi pastillita de ubicatex!
Gracias!!!!
Yo también necesitaba recordarme que debo hacer unicamente lo que me corresponde. El resto se lo dejo a los demás y a Dios.
A veces queremos abarcar demasiado en detrimento de nuestra paz.
Una vez más, muchas gracias Padre Marciano.
IVELISSE
qué simpático lo de "ubicatex", me lo apropio. También me ha resultado sumamente oportuna esta entrada del blog Felicidad, gracias Padre Marciano
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