Cuando fueron a detener a Jesús en el Huerto de los Olivos,
él preguntó ¿a quién buscan? Ellos contestaron A Jesús de Nazaret
y el él se
identificó: yo soy. A mí me pueden detener, pero hay algo que ustedes no me
pueden hacer.
Lo detuvieron y lo llevaron a las autoridades judía y lo
interrogaron. Y él dijo: me pueden interrogar, me pueden golpear, pero hay algo
que no me pueden hacer.
Y lo condenaron a muerte, y les dijo me pueden condenar a
muerte, pero hay algo que no pueden hacer conmigo.
Lo llevaron ante la autoridad civil, y les dijo: me pueden
entregar a Pilato, pero existe algo que no pueden hacer conmigo.
Pilato le dijo: yo te puedo salvar o condenar y Jesús le
dijo: Sí, pero hay algo que tú no puedes hacer conmigo.
Y Pilato mandó que lo azotaran y Jesús dijo: me pueden
azotar, pero una cosa hay que no pueden hacer conmigo.
Y los soldados le pusieron una corona de espinas, y él les
dijo: pueden herir mi cabeza con una corona de espinas, pero hay algo que no me
pueden hacer.
Y lo golpearon y lo escupieron y se burlaron de él. Pero Jesús
les dijo: todo esto lo pueden hacer, pero hay algo que ustedes no pueden
hacerme.
Pilato propuso al pueblo que escogieran entre Jesús y
Barrabás y el pueblo escogió a Barrabás y Jesús dijo al pueblo: me pueden
condenar, me pueden rechazar, pero hay algo que no me pueden hacer.
Y lo sacaron a crucificar, cargó con la cruz y dijo: me
pueden llevar a crucificar, pero existe algo que no me pueden hacer de ningún
modo.
Y lo clavaron en la cruz, y Jesús dijo: me pueden clavar en
la cruz, pero existe algo que no me pueden hacer.
Y le dieron a beber vinagre en su sed mortal, y él les dijo:
esto lo pueden hacer, pero hay algo que no pueden hacer.
Y lo que no pueden hacer de ninguna manera, lo que nadie ni nada me
puede hacer, es que:
yo los deje de amar y de perdonar.
Entonces, hermanos, feliz Pascua.