Sí, es verdad, yo lo compruebo,
los seres humanos desean ser felices. Yo el primero. Una pregunta simple: ¿Soy
yo una persona feliz? En algunos breves fragmentos de tiempo, no lo he sido.
Otra pregunta, no tan sencilla, ¿cómo lo he sido en el resto del tiempo feliz?
Es importante responder esta pregunta con exactitud, me daría la clave para
responder a la pregunta esencial: ¿Qué hacer para lograr la felicidad?
Después de reflexionar
cuidadosamente sobre qué hacía cuando era feliz, después de examinar las diversas
teorías sobre la felicidad, llegué a una conclusión que primero me pareció
desconcertante. Cuando he sido feliz no estaba haciendo ninguna cosa para ser feliz.
Simplemente era feliz. Me pareció que estar feliz es el modo natural de ser la
persona. No hay que hacer nada para ser feliz. Se es naturalmente feliz.
Es un hecho irrecusable que
existen muchas personas infelices. ¿Qué sucede entonces? Para tener alguna idea de lo que sucede será
oportuno un breve análisis de la fenomenología de la felicidad. La experiencia
de felicidad engloba tres emociones esenciales: paz, alegría y amor. Quien goza
de paz interior, alegría y amor está feliz. Estas tres emociones son naturales
a la persona, se pierden si el sujeto se ve sometido a alguna violencia.
Una persona puede encontrarse en
dos posibles situaciones, de normalidad o de perturbación. Bajo las acciones
perturbadoras, el sujeto se siente afectado de modo que pierde su estado de
normalidad, de naturalidad, se queda sin paz, alegría, y amor. No es ni puede
ser feliz. Lo que sucede es que es las sociedades desarrolladas son realmente
perturbadoras. Dada su indescifrable complejidad, es casi imposible estar algún
tiempo sin ser afectado por algo desagradable.
La conclusión es evidente: Nada
te turbe,
Nada te
espante,
Todo
se pasa.
Y cuando nada te turbe ni
espante, quizás puedas guardar tu paz, tu alegría, tu amor y ser feliz.
1 comentario:
Gracias por sus reflexiones !!!
En todas ellas,llenas de sabiduria, paz, alegria y amor, encontramos un abrazo de felicidad y amor que tanto necesitamos, sobre todo y como Ud. mismo dice, en estas sociedades que son tan perturbadoras.
Que Dios lo bendiga!!
Lo quiero mucho: Vivian
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