sábado, 2 de febrero de 2013

MES DE AMOR



Amar implica conocer, no puede haber amor a lo desconocido, pero amar es más que conocer. 
Un día me doy cuenta de que veo, oigo, gusto, huelo, palpo, imagino, pienso y siento. Existo, y me da alegría de esta existencia mía, y me acepto; ese día me amé, ahora tengo amor a mi persona. Cuando quiero ver en qué consiste este amo a mí  mismo, veo que lo más llamativo es una especial alegría luminosa que se enciende dentro de mí. Me aprecio, me acepto, me acojo. Amar es apreciar, aceptar y acoger dentro de una luz feliz .
Otro día me percato de que yo soy miembro de una multitud de personas, que vivo dentro de ellas, que tengo múltiples relaciones con ellas, que no me puedo pensar aislado de los demás, entonces amo a la humanidad. Amar a la humanidad es percibir una relación de pertenencia viva con los demás seres humanos, los demás son yo muchas veces repetido. Amarme y amar a la humanidad es un solo amor.
Has salido a dar un paseo, has visto las plantas, las palmas, los pinos, las flores, la hierba, la flora. Se te alegraron los ojos, se llenó de luz tu interior. Ese día has amado la naturaleza, dentro de la cual vives, vivimos todos. Desde los paquidermos gigantes hasta los microbios invisibles, la fauna, existe una cadena de vida, de la cual tú y yo somos el último eslabón. Es amar la vida, esa maravilla que, no por ser tan cotidiana, deja de ser maravillosa.
Ayer terminaste de construir una torre, la viste delante de ti imponente, majestuosa, y amaste tu trabajo. Hay un amor al trabajo. Una decoradora me dijo un día que a ella en lugar de pagarle por su trabajo, debían cobrarle, por el gusto que le daba hacerlo.
Esta mañana hemos visto salir el sol sobre nuestro país, lo vimos iluminado y nos alegramos de ello, de vivir en un país de luz, y se hizo el amor patrio. Y hemos bendecido la tierra en que nacimos y crecimos y nos hicimos buenas personas. Allí están nuestras raíces, es decir, nuestro amor.
Hoy hemos sentido que todo este mundo de nuestras experiencias ha nacido de la acción de un ser primero, eterno, padre de todo lo creado, y nos hemos experimentado como obra suya, como hijos suyo, y hemos amado a Dios. Una sutil luz de racionalidad nos ha llevado a un alto aprecio de este universo del que formamos parte, salido del amor de Dios.
Y desde este amor de Dios todo nos ha parecido amor. Incluso en la roca más seca y dura hemos hallado ternura y caricias. Hemos comprendido que Dios es amor, que todas las cosas son amor y que nosotros todos somos amor. La esencia de todas las cosas es el amor, por eso podemos ser inagotablemente felices.

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