domingo, 4 de noviembre de 2012

APARTE PARA LOS AMIGOS DE DIOS



Aparte para los amigos de Dios

Yo. Padre Marciano García, soy licenciado en Sagrada Teología por la Pontificia Universidad de Salamanca, he sido profesor de un seminario mayor de la iglesia católica por más de 37 años, he estudiado Sagrada Escritura  continuamente, historia de la iglesia, etc.

Al examinar los alegatos comprendo con toda evidencia que ellos, los amigos del diablo, no son teólogos ni escrituristas, ni científicos. Identificar la iglesia católica con la creencia en la existencia del diablo es ya algo que supera todo límite de paciencia. Solo a un ignorante de marca mayor se le puede ocurrir tal cosa.

Pro no cabe dudas de que ellos así lo creen porque eso es lo que han oído durante toda su vida. Creo en su buena fe. Pero, ciertamente, eso que yo digo, lo dicen todos los teólogos actuales, que supongo ellos no han leído.

Quiero aclarar algunos puntos. Solo el magisterio supremo de la Iglesia Católica, dentro del catolicismo, tiene autoridad para declarar válidamente el sentido dogmático de los textos de la Sagrada Biblia. Nadie puede señalar que lo haya hechos respecto de los textos sagrados citados. Su interpretación solo pude tener un sentido personal, sin ningún carácter obligatorio para nadie. Señores lectores de la Biblia, ¿por qué no se ponen al día en estas cosas elementales?
En la iglesia católica, la existencia del diablo no es una verdad de fe. No está en el Credo, ni en ningún otro documento dogmático que haya definido la existencia del diablo como un dogma de fe. Los que crean que sí, pues que lo señalen y muestren.
Estos fervorosos amigos del diablo han hablado de lo que ignoran, por más que lo crean hasta elemento esencial de la doctrina católica. ¡Qué barbaridad!

Ustedes, amigos de Dios, sigan tranquilos, amando a ese Dios Supremo Bien, el mejor posible de los padres, amor eterno. No estamos negando ninguna verdad de nuestra fe, de la fe de la iglesia. Pero, de paso, sí podemos agradecer sus oraciones. Recuerden las palabras de Pedro: “No den resquicio al diablo”. Y mucho menos le abran la puerta de par en par. Los quiero, Viva Dios, abajo el diablo. ¿Verdad que yo soy un gran tentador?

7 comentarios:

AMOR dijo...

Bendita su tentación, y bendita su inteligencia para dar respuesta a tanto simplismo infantiloide...
Por otra parte, Marciano, no sé si en la querida Cuba se dirá aquello de ..."las criticas majaderas de lo que escribí poco me alteran, pues más pesadumbre tuviera si me aplaudieran aquí".
Un abrazo en Dios, el Abba de Jesús.

Anónimo dijo...



Gracias, Amor. Yo dije lo que no eran, ahora estoy investigando lo son

Aprecio mucho tu respaldo.

Militos dijo...



Sin ánimo de seguir la polémica, pasando por alto los insultos que estamos recibiendo, sólo una pregunta:
¿El Catecismo de la Iglesia Católica, actualizado por Juan Pablo II, está fuera del Magisterio de la Iglesia?

Hay dos dogmas de fe que avalan la existencia del Maligno: En el concilio IV de Nicea y en el de Trento, que yo sepa el Vaticano II no anuló ningun dogma anterior.

Palabras de Pablo VI, al finalizar el Concilio:
"Nosotros creemos que un ser preternatual ha venido al mundo para perturbar la paz, para ahogar los frutos del Concilio y para impedir a la Iglesia cantar su alegría por haber retomado plenamente conciencia de ella misma.

Se entiende por "preternatural" en Teología, aquellas realidades situadas entre lo humano y lo divino, en el sentido de que no se refiere al hombre puramente, pero tampoco directamente s Dios, es decir ángeles y demonios.

Por supuesto que no he estudiado tanta Teología como usted, algo sí, pero mi fe se alimenta del Magisterio de la Iglesia.
Y por encima de todo, mi vida está anclada en el Amor de Dios y en su Misericordia, por eso el diablo no me obsesiona en absoluto, pero sí como católica me veo obligada a afirmar la Doctrina Católica y las verdades que hemos de creer.

Sin ánimo de ofender a nadie, me he permitido entrar en este blog con la libertad que se supone en un blog abierto a todos.

La paz de Dios sea con todos.



Anónimo dijo...

Realmente curioso la atención y en muchos casos aprensión con que se ha debatido sobre las últimas entradas. Para mi están bastante claros los bandos: los entusiastas de la felicidad - P.Marciano a la cabeza- frente a los entusiastas del miedo. Estoy con los primeros y no encuentro fundamento racional ni doctrinal a los segundos, que reconozco han hecho un gran esfuerzo por intentar ofrecerlo. Una pregunta simple, si admiten la influencia peligrosa de algún ser malévolo que no ven ¿cómo es posible entregarse sin reservas-temores-desconfianzas al prójimo que sí ven, de acuerdo al mandamiento supremo del Amor? o acaso ¿habrá aconsejado Jesús de Nazaret algo imposible?
Saludos a todos, Asor

Anónimo dijo...

Querida mía, me he puesto envidioso del diablo. Tú sabes que él está ahí. Quisiera yo también estar ahí, en algún saber tuyo, en algún rinconcito de la luz de tu alma, tan bella. Ahí solo está Dios y yo que me voy meter aunque tú no quieras. Pero el diablo no, no está ahí ni en ninguna parte.
Te recomiendo que eches una mirada el Decreto sobre la libertad de conciencia del Concilio Vaticano II. Marciano












































yo tambiénj estar ahí

Marina dijo...

Apoyo su visión espiritual cristiana, Marciano. Su raíz es el Evangelio, y se apoya en todos los teólogos serios contemporáneos, desde Rhaner a Pagola, por poner dos nombres entre una larga lista. Pero desafortunadamente (sobre todo para ellos)siempre hay (y habrá) gente que además de ser estrecha de miras y vivir en la intolerancia, es gente plenamente convencida de que cuanto más intolerantes son, más cerca del Cielo estarán.

Anónimo dijo...

Yo he caido concientemente y en pleno uso de mi inteligencia en la tentación del Padre Marciano. Desde ese momento mi relación con el Amor Infinito, Dios, es mucho más íntima y cercana, llena de amor y de confianza en la plenitud de la Eternidad que desde aquí empiezo a vivir.

Gracias Padre Marciano por enseñarme que Dios en su perfección, me ha dotado de inteligencia para que la utilice y crezca en el Amor.

Zaidy.