miércoles, 5 de marzo de 2014

MÁS ALLÁ DEL TIEMPO




Reflexión para este tiempo.

Mi tiempo comenzó el día que nací. Antes había compartido un tiempo con mi madre. Abrí los ojos a este mundo, vi sus colores, oí sus ruidos, probé sus sabores, sentí sus olores. Hice mi mundo.
Mi tiempo terminará el día de mi muerte, cerrarán mis ojos que ya no verán¸ y así mi iré del mundo que construí.
Yo creo en la resurrección de los muertos, yo espero la vida del mundo futuro. Según mi creencia, entraré en la eternidad cuando salga del tiempo. Dejaré lo transitorio para entrar en lo definitivo.
Esta entrada en lo eterno, en Dios, la imagino como el encuentro del hijo con el Padre amoroso, sumo bien, llama viva de amor, el abrazo de la felicidad sin nombre, la gloria propia del inmortal, donde se canta para siempre el himno a la vida.
Esta estancia en el tiempo quisiera pasarla como un preludio de eternidad. Ahora vivo donde todo se pasa, por eso estoy de paso, pero de paso hacia donde nada se muda. Más allá del tiempo.
Salí de la nada por la acción de la bondad y la gracia y vuelvo a la gracia y a la bondad. Y eso encontraré, infinita gracia, infinita bondad, sin juicios ni acusaciones, ni condenaciones.

Mi fe cristiana, liberada de arrastres ajenos, en su verdad y pureza, es la fuente de felicidad más grande que puedo pensar.  El Amor eterno me llamó al tiempo y ese mismo eterno Amor me llama a la eternidad con la única voz que tiene, la dulcí
sima voz del Amor.

3 comentarios:

Carmen dijo...

Hola Padre, le recuerdo, volví a su blog después de un tiempo para leer sobre la Felicidad. Un abrazo

Carmen
Venezuela

Anónimo dijo...

padre y que piensa usted del juicio final ? no todo parece paz y amor. parece una rendicion de cuentas tambien

Marciano dijo...

Pienso que el juicio final lo describió Jesús en la parábola del hijo pródigo. Pienso, siento, razono, reflexiono, examino, y solo puedo concluir que al regresar a las manos del Padre, Sumo bien, llama viva de amor infinito, solamente habrá una gran fiesta de gloria. Atribuir al Dios del cielo las cosas de la tierra, no es sabio. Esto pienso.