jueves, 19 de junio de 2008

La felicidad soy yo

Entonces ¿Qué lleva a la felicidad? Si les he dicho qué caminos no llevan a la felicidad, y creo que realmente esos atajos no conducen a ella, ustedes podrían preguntar, ¿cuál es el camino que lleva a la felicidad, si es que existe alguno? No se desanimen con la respuesta, traten de comprender: no existe ningún camino que lleve a la felicidad. No se esfuercen buscando caminos, ni los hay ni los puede haber. La razón en muy sencilla: ustedes son felicidad. Simplemente sean lo que son. Aceptemos que nuestro ser es amor, el amor es feliz, no necesita nada para serlo. Nosotros somos felicidad, pero si no somos nosotros, sino alienaciones, distorsiones, errores, entonces pobres de nosotros, no podemos ser felices.
Somos amor, paz y alegría. Esto somos. Ya, ya, pero no lo sentimos, sino rabia y tristeza, y miedo y dolor, y angustia y frustración. ¿Cómo salimos de eso? ¿Cómo somos nosotros mismos?
Vamos a necesitar fe, también en Dios, pero ahora me refiero a fe en nosotros mismos. Si aceptamos con fe que somos en realidad amor, paz y alegría, debemos creer que estas tres realidades están en nosotros. Las podemos vivir, podemos hacernos conscientes de ser amor, paz y alegría. ¿Cómo, por favor?
¿Es usted amor? ¿No sabe? ¿Saldría usted a la calle con un arma para matar al primero que encuentre? No, por supuesto ¿Por qué no? Examine su interioridad, ahora que está tranquilo leyendo esto. Si ahora viera a alguien necesitando de usted para no morir, ¿lo dejaría morir? No, por supuesto. Y ¿por qué no? Porque usted es amor. ¿Ha aprendido usted a registrar sus buenos sentimientos? ¿Desea usted que las más de diez mil artefactos nucleares almacenados exploten a la vez y acaben con la tierra y la vida? ¿Verdad que no? Mire su corazón, mire su más honda dimensión consciente. Mire bien, vea que usted es amor. Ahora que usted está sereno, mire sus sentimientos. ¿Saldría usted a la calle para empujar a un anciano delante de un vehículo que pasa para que lo aplaste? ¿Verdad que no? No, claro, porque usted es amor. No existe mayor felicidad que la de sentirse una buena persona. En presencia de estos sentimientos nobles usted va a hacer una interiorización importante: mire si le nacen de algo exterior, superficial, de usted mismo, o más bien le nacen del centro más profundo de su ser. No hace falta que sea un especialista en introspección, simplemente obsérvese, compruebe su estado actual. No, usted no es un bestia, es un ser noble. Claro, es posible que algunas veces usted se haya enfurecido y se haya sentido capaz de todo lo malo posible. Si observa atentamente esos sentimientos, los verá extraños a usted, ocasionales, que no lo expresan, porque usted no es una bestia, usted es amor. Bien, pero esos extremos nombrados que todo el mundo rechaza, no valen para probar que somos amor. Así es muy fácil. De todas maneras sabemos que somos pecadores.
No, no, de ninguna manera, tampoco es un pecador. No, usted no es un pecador, usted es una imagen y semejanza de Dios. Su esencia es un ser divino. Todas sus acciones quedan fuera de su ser real, esencial. Ninguna acción afecta su ser. Obviamente, usted puede hacer acciones muy malas, pero nunca podrán borrar el hecho sustancial de que usted es amor. No se ponga nombres negativos, no se refiera siempre a su exterioridad; mucho mejor es referirse a su intimidad divina. Las culturas desarrolladas hasta ahora por la humanidad han insertado los sentimientos de culpa en todos sus procesos. Es necesario salirse de tal cosa. Vuelva a santa Teresa, para ella el alma, su yo verdadero, es como un diamante o un fino cristal. Usted es una maravilla, por más suciedad que le haya caído encima. Se puede bañar y liberarse de toda esa fealdad. Usted es un ser feliz, pero si no lo vive, pues se lo pierde. No haga eso. Sea la feliz persona que es.

1 comentario:

Dove dijo...

Gracias por compartir tanta riqueza con nosotros,Padre. La verdad, es que visto así no parece una cosa tan complicada.. Qué importante eso de referirnos más a nuestra ser interior divino que a nuestro exterior con sus debilidades y sus flaquezas... Todavía me falta un largo recorrido pero procuraré seguir el camino indicado.
Un abrzo y toda ´la bendición de Dios.