miércoles, 11 de marzo de 2009

LA HORA 0


La hora 0.

“Antes de la Pascua, sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre, después de haber amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn. 13.1)

Para muchas personas, incluso cristianas, la muerte sólo puede ser una infinita tristeza, tanto para el que muere como para los suyos que le amaban. ¿Cómo puede ser la muerte un momento de felicidad?
Para Jesús su muerte era un pasar de este mundo al Padre. El vino al mundo para revelar el amor de Dios, ahora cuando volvía a él, su amor revelador llegaba al extremo. Sin miedo, sin tristeza, sin ira ni cólera, sino con inmenso amor a los suyos, se entrega como un don precioso en las manos del Padre, antes de la Pascua. Jesús mismo exhortó a los suyos a que no estuvieran tristes por eso.
Durante la Pascua, él fue sometido a crueles torturas, a muerte espantosa, y él convirtió aquella humillación tremenda en lección de amor, el más generoso que haya vivido nunca un corazón humano.
En jesús, como en cada uno de nosotros, existe una sensibilidad orgánica, capaz de recoger e informar a la conciencia psíquica de cualquier tipo de dolor. Su exquisita sensibilidad, herida y lastimada sin piedad, envió a su conciencia oleadas de infinito dolor. En su interioridad racional, espiritual, una entrega a ese mismo acerbo dolor, le permite sentirse como el don precioso de Dios al hombre a la vez que la ofrenda pura del hombre a Dios.
Jesús mismo había recordado poco antes que la carne es débil, que el espíritu, en cambio, es fuerte. En la fortaleza de ese espíritu dice a Dios su Padre: “En tus manos encomiendo mi espíritu”. No mi dolor, ni mi angustia; ni rabia, ni cólera, sino mi espíritu, eterna luz de amor.
No entregó Jesús a su Padre celestial su carne muerta y lastimada, sino su espíritu. Por eso Dios lo resucitó devolviéndole su carne resucitada y gloriosa. Y no solamente eso, sino que le dio el nombre sobre todo nombre.
Los que hemos creído en Jesús podemos convertir nuestra muerte en un misterioso pasar de este mundo al Padre. Nada podrá ser más feliz. Dejar esta noche oscura, estrecha, limitada, empobrecida, para arribar a la luz infinita del ser de Dios, a lo eterno e inconmensurable, sólo puede ser feliz.
Si expandimos el amor que somos, participación del amor que Dios es, y hacemos que toda nuestra existencia sea una afirmación de amor, cada dolor que venga a nuestra carne lo vamos a vivir con la alegría de que será contado para la glorificación de nuestra carne resucitada. Sufrir entonces se torna fuente inagotable de gozo, de felicidad espiritual, tanto más honda y gloriosa cuanto mayor haya sido el dolor.
En la hora 0, cuando se muere, la alegría y la paz, pueden ser maravillosas. Yo lo he vivido al asistir a personas que agonizaban, llenas de luz, de amor, que me hacían participar a mí de su dicha eterna. He sentido la belleza que resplandecía en el momento de salir al encuentro con Dios de personas cuya fe llenó sus vidas y cuya muerte fue el inicio de una vida divina esperada, añorada, y ahora gloriosamente alcanzada.
Mirando la cruz se puede perder la fe. ¡Qué espantoso final! Se puede también vislumbrar el sentido de la vida. ¡Qué extraordinario amor! Mirando la Cruz de Jesús se puede entender que el amor es más fuerte que la muerte. Se puede oír la voz de Jesús: “estoy aquí para decirles que mi Padre los ama y también yo los amo”.
A pesar de todo, más allá de cualquier situación, Dios nos ama. Y eso basta para llenar de extraño gozo el corazón creyente. Ni vida ni muerte nos puede separar de este amor. Puedo estar feliz cargando la cruz de cada día.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Padre Marciano, cómo está, siempre visito su blog y aprendo mucho con lo que escribe. La imagen que traes es bella, es una rama de árbol frondosa que provoca recostarse a su sombra. Por acá está haciendo mucho calor. En este mes de marzo y abril aumenta el calor.

Padre, me está sucediendo que estoy viendo las cosas de manera distinta. No se como explicarle...Tengo a mi Jesús en la Cruz, allí está. Es una imagen grande que me bendijo Monseñor Tomás Jesús, nuestro amado Obispo.Y la vida es tan hermosa, a veces siento mi corazón radiante de felicidad por tantas alegrías y logros familiares. Todavía está vivo el dolor por la muerte de nuestra mamá, a ella le encomendamos nuestras alegrías y tristezas. Es un alma santa que vivió una vida de mucha abnegación. La muerte nos espera a todos. Mi papá vive conmigo y a veces pasa temporadas con mis otras hermanas. Tiene 91 años. Trabajó mucho durante toda su vida. Tiene problemas para ver, casi no ve. Escucha música y noticias...Mi vida se ha descomplicado del quehacer en el trabajo que realizaba antes porque estoy jubilada. Ahora me pregunto mucho más sobre el sentido de la vida y cómo será la otra vida. Si perdemos la capacidad de sentir...Todo esto porque mi papá tiene la esperanza de encontrarse con mi mamá y con mi abuela. Y vivir otra vez con ellas. Sin sentidos cómo podemos amar...

Bendiciones y abrazos,

Carmen

Carmen dijo...

Hola Padre Marciano, ¿cómo estás? Recibe un abrazo y mi saludo cariñoso. La verdad es así como dices, mi corazón se llena de un extraño gozo en presncia del Señor, con solo recordarlo siento ese extraño gozo. Sería maravilloso que toda la familia estuviese eternamente unida en ese extraño gozo del Señor...Si una sola familia con el Señor...bendiciones,

CarmenZoraima

Marciano dijo...

Carmen, los teólogos dicen que en el cielo existen dos gozos, el esencial, ver a Dios, y el otro accidfental que nace de encontrar y zozar sin límite de las personas que aquí mos ha amado y nosotros hemos amado. Comparada nuestra capacidsad espiritual de sentir con la capacidad de nustra sensibilidads biológica, crea que la espiritual es milloones de veces superior. Marciano

Carmen.M.Montejo dijo...

hola, Carmen, mi nombre es Carmen como el suyo, y me atrevi a escribirle esta nota, pues aunque no es a mi a quien le escribe sino hacia el padre Marciano, me llego al alma, y perdoneme, a lo mejor le sirvan estas palabras para que levante un poquito el animo. Mire, entiendo que esta triste por la muerte de su mama. pero crea que ella no fallecio, sino que de adelanto, a otra vida mejor , y alli la esta esperando ( en su momento) , ella esta con usted ahora , la ve, la siente, y estoy segura que sufre al verla tan deprimida y triste, todos lo hacemos no se sienta mal, pero ella esta en un lugar hermoso, lleno de paz, como le digo, solo se adelanto, por que para ahi todos los que creemos an Dios y lo respetamos, iremos, por su papa no se preocupe, es un senor mayor pero siente como usted esta, como sufre y el inconciente a lo mejor lo siente tambien, levante ese animo, que la vida es corta, haga con su actitud que su papa este feliz, por que no la conozco , pero se que es una buena mujer , luchadora, y creyente, y cuando usted cambie ese animo, vera que todo se volvera diferente, si estamos tristes tendremos mas tristeza, pero si pensamos un poco mas positivo tendremos mas de ello, usted esta viva, seguro tiene hijos, y tengra nietos que no querran ver a una abuela destruida y triste, levante el animo, disfrute de lo q ue tiene, y vera como todo en su vida mejorara, se lo aseguro, y su mama desde el cielo estara orgullosa de usted, por que ella sufre con su tristeza , se puede ser feliz, recuerde su mama no fallecio ,sino solo se adelanto a ese lugar divino, un abrazo y perdone el atrevimiento, Carmen M.