lunes, 1 de agosto de 2011

USE SU INTELIGENCIA


Usted está rodeado de personas, familiares, amigos, compañeros de trabajo, incluso de personas desconocidas con las que se encuentra ocasionalmente. Frente a ellas usted puede usar su inteligencia para encontrar sus defectos, cualquier cosa desagradable. Usted, además, presume de ello. Es una actitud, usted es un buscador de faltas.
También puede hacer lo contrario, dirigir su inteligencia a buscar la positividad de aquellas personas con las que tiene relación. Ve sus rasgos amables, su originalidad, su ser diferentes y lo aprecia y goza. Es otra actitud, usted es un buscador de amor.
Aquí está el misterio del uso de su inteligencia. Si usted dirige su inteligencia detectar defectos, los descubrirá en todas partes. Pero eso no le producirá ninguna felicidad, sino todo lo contrario. Usted tendrá razón, estará en la verdad, porque los defectos existen, son un hecho, están ahí. Si usted emplea su inteligencia en buscar defectos, los hallará, Con toda razón señalará las situaciones defectuosas, negativas. Usted ahora emplea su inteligencia para convencerse y convencer a los demás a los demás de esas verdades. Pero eso solamente le aportará tristeza, mal humor, disgusto. Buscar faltas sólo le puede servir para sentirse mal. Hace usted un mal negocio con el uso que le está dando a su inteligencia.
Yo quiero suponer ahora que usted vive con sus familiares, la gente más extraña e inconforme del mundo, siempre están de mal humor, nunca son complacientes. Si usted usa su inteligencia de forma positiva, puede descubrir lo simpático que puede haber en cada uno. Obviamente son personas infelices, pero usted las elige como maestros de lo que no debe hacerse, y crea una fuerza positiva que va atrayendo poco a poco a unos y otros a tomar actitudes más positivas. Con eso usted es feliz y sus familiares comienzan a serlo. Para eso necesita hacer un uso excelente de su inteligencia. Le confirmo que vale la pena.

2 comentarios:

pat dijo...

claro que vale la pena, el problema es cuando te acostumbras tanto a mirar las faltas que te olvidas de cómo es mirarlo con amor y con alegría. La verdad es que así viviría más relajada porque yo siento que miro a todo el mundo menos a mí y por eso siento tantas faltas.

pat dijo...

claro que vale la pena, el problema es cuando te acostumbras tanto a mirar las faltas que te olvidas de cómo es mirarlo con amor y con alegría. La verdad es que así viviría más relajada porque yo siento que miro a todo el mundo menos a mí y por eso siento tantas faltas.