lunes, 13 de mayo de 2013

SÍ SE PUEDE





Hoy he recordado una acalorada conversación que tuve hace años en una Iglesia católica de la Habana. En mi exposición yo había insinuado tímidamente que se podría alcanzar un cierto grado de felicidad en la vida de modo estable. Al final una buena señora me enfrentó delante del grupo de personas que me rodeaba y en forma de absoluto convencimiento me dijo, de modo que todos lo oyeran, que yo estaba muy equivocado, que en esta vida cuando más se podían lograr algunos momentos fugaces de felicidad. Esa era la verdad y todo lo demás era falso.
Yo, que sí se puede, y ella, que no; finalmente todos que no y yo solo que sí se puede ser feliz. Sus argumentos eran sus experiencias, ella había intentado muchas veces ser feliz y cuando no era por una cosas era por otras, nunca lo había logrado.  Los demás estuvieron de acuerdo. Sin pudor ninguno me atacaron, me despedazaron. Yo no era más que un iluso. Ella exhortó a los presentes a no ser ilusos. No se puede ser feliz. Realmente estamos expulsados del paraíso.
Obviamente, quien crea que es absolutamente imposible ser feliz, no podrá serlo. Si por una de esas cosas de la vida, se siente feliz en un momento dado, tan pronto como se dé cuenta del hecho, la duda vendrá cargada de dolor y hará naufragar aquella nave tan débil. Y se convencerá una vez más de que la felicidad es imposible en esta vida. La trampa es perfecta. Cuando alguien cree que algo es imposible, ni aún, cuando lo vea delante de sus ojos lo creerá, porque es imposible. Una persona lógica, reflexiva, decide no querer ni buscar aquello que sea imposible por ser lo único razonable. Dado que la felicidad es imposible, no hay que buscarle, ni quererla, ni desearla, es algo imposible.
Razoné que si era posible un minuto, también podría serlo durante dos minutos, y así, minuto tras minuto, hasta una hora; y luego una hora tras otra hasta un día.  Debí hacer diversas investigaciones. Descubrí  que soy feliz cuando tengo lo que quiero. Entendí que no soy feliz por lo que tengo, sino porque quiero tenerlo. Un día llegó una prueba definitiva, lo que yo tenía era fiebre de 42 grados y un horrible dolor apendicular. ¿Podría ser feliz con aquello? Viví el más ambiguo momento de mi vida hasta hoy. Me acogí, me amé, esperé gozoso el momento de la operación y, ni aunque yo lo crea, fui feliz.
Y con este secreto de querer lo que tengo voy siendo feliz. Antes no pensaba que yo tuviera tantas cosas hermosas, grandiosas, como ahora tengo. La más preciosa de ellas es ese grupo de personas que han decidido ser felices.  Ya somos más de cuatro los que creemos que podemos ser felices y, ¿saben una cosa? Lo somos.
No lo dude, usted puede ser feliz. Vale la pena intentarlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que se puede ser Feliz. Pero si todo se mide por logros materiales o por si me falta por las necesidades que me invento, que si no lo tuviera nada me impediría vivir en plenitud...ya derrotamos la felicidad de entrada.En la simpleza esta la felicidad...Es probable que cuando superamos una dificultad en ocaciones generada por nosotros mismos; proyectamos otra mas grande; y así constantemente, y la vida se torna dura e infeliz por nosotros mismos. La Felicidad esta en las cosas simples, hasta demasiado simple. Por ejemplo: un pájaro no tiene 10 en el cual uno es para alquilar y pagar la cuota del audi cuatro, otro para sub alquilar a un banquero que le hará ganar para sus generaciones venideras; otro departamento se paga diez vacaciones por año,y así multiplicando y acumulando sucesivamente, el pájaro simplemente vuela y disfruta un cálido día desplegando sus alas al viento con sus crías...bueno si no le cortamos el árbol donde vive, y destruimos el único nido que tenía.

Anónimo dijo...

Si se puede ser feliz... y lo soy

Anónimo dijo...

Asi es, puedo confirmar que la felicidad estable es mas facil de lo que nos imaginamos ya que "nosotros somos felicidad" (eso nos lo enseno usted). La felicidad no esta en la realidad exterior a uno, por lo tanto nunca la encontraremos si la buscamos donde no esta, y no esta en las cosas, esta en uno.

Aunque debo reconocer que a veces necesitamos de una persona del exterior como usted para mostrarnosla, pero cuando la reconocemos, ya nada nos la debe quitar.

Aprovecho para felicitarlo por el aniversario de Cecura. Que Dios lo bendiga y que siga curando como nos ha curado a muchos; ya somos mucho mas que cuatro!!!!.

Anónimo dijo...

A lo largo de mi vida he tenido momentos en los que me he dicho: ahora mismo soy feliz. Pero luego, más adelante, he pasado por momentos difíciles y complejos, por dudas y angustias. ¿Qué es realmente la felicidad? ¿Lo que vivo o el modo en que lo vivo? ¿Es algo que se alcanza definitivamente o siempre un estado pasajero, incluso momentaneo? ¿Está al alcance de todos o sólo de algunos? El tema de este blog es importante, pero ¿no será otra ilusión?