jueves, 15 de mayo de 2008

No te fies de los atajos

Los caminos hacia la felicidad son muy especiales, pero no inconfundibles; aparecen muchos atajos que invitan a llegar a la felicidad de forma rápida y eficaz. Las culturas han desarrollado criterios para alcanzar el placer, el bienestar, la alegría, y con ello algunos momentos de felicidad. Se da por supuesto que no se puede lograr un estado permanente de felicidad, los atajos sólo llevan a especiales momentos de “felicidad”, que es lo único posible.
Existe una frase consagrada que lo expresa muy bien: “Vivir la vida”. He visto a personas jactarse de haber vivido la vida, lo cual consistió en engañar muchachas ingenuas, en practicar sexo a ambas manos, en no dejar de ir a ninguna fiesta divertida, a emborracharse cada fin de semana, en buscar bronca con casi todo el mundo, en convertir la noche en día, y el día en noche. A esto se añade haber sido un mal estudiante, un peor trabajador, un esposo infiel y cruel, un padre desastroso. Esta persona sentada ya sobre la otra mitad de la rueda de la vida, tenía un consuelo para todos sus fracasos, había “vivido la vida”.
En comer existe cierta felicidad, que puede ser simplemente la satisfacción de ingerir los alimentos necesarios, a lo que se puede añadir el compartir la mesa con otras personas. Pero quien tome el atajo de comer para estar feliz, si tiene la posibilidad de contar con manjares exquisitos, logrará una satisfacción de orden vegetativo común con el resto de los animales. Por eso atajo se llega a la obesidad, no a la felicidad.
Puede ser agradable tomar ciertos licores, nadie lo duda. Pero ese atajo lleva al alcoholismo, no a la felicidad. Para muchas personas celebrar algo significa consumir copiosamente bebidas alcohólicas. Sentirse bien no está en ellas, deben ser estimuladas por líquidos intoxicantes provenientes del exterior.
Un atajo destructor es el universo de las drogas, las suaves y las fuertes. Quien entra en este mundo, está perdido. La drogadicción no lleva a la felicidad, sino a la ruina total. Por situaciones sumamente complejas muchos jóvenes hoy arrastran una pesadumbre tan enorme que no encuentran alivio sino saliendo de sí mismos, perdidos en una total enajenación. Ellos no pueden creer que exista algo como la felicidad.
La bandeja que más se ofrece en los medios de comunicación actualmente es la del sexo. Vivimos un tiempo pansexualizado. La felicidad se promete para aquellos que logren una mayor cantidad de experiencia sexual con un mínimo de compromiso. Este camino tan promovido hoy lleva a una incapacidad de amar al otro como persona y poco a poco a una pérdida de sensibilidad humana que se manifiesta luego como rabia, hostilidad, y finalmente tristeza. ¿No es esa la historia de la mayoría de los matrimonios? Quizá se alegue falta de comunicación en la pareja. Y puede ser verdad, no hay comunicación, y no la hay porque no hay nada que comunicar. Si tuvieran la capacidad de comunicarse podrían decirse: “yo me casé contigo para tener sexo en casa, pero ya me aburres; por lo demás, tampoco me interesa ninguna otra cosa de ti”. Tampoco este atajo conduce a una experiencia largamente feliz.
Otro objeto que recibe gran propaganda es el bienestar material, la riqueza, las comodidades de la vida, el estar a la última moda en el uso de los artefactos de todas clases. Es mucho más cómodo ver televisión que tratar con una persona. Se puede ir de un canal a otro buscando lo que nos agrade, eso ya no se puede hacer así con los individuos, a las personas no nos gustan que nos trasteen. Quizá sea más fácil comunicarse vía electrónica con una persona al otro lado del mundo que con aquella que está sentada a nuestro lado.
Hay tanta gente infeliz porque andan buscando felicidad por atajos que no llevan a ella, sino todo lo contrario, apartan de la misma.
Entonces ¿Qué lleva a la felicidad?

1 comentario:

Frank Vega dijo...

Que lleva a la felicidad?
Tengo fe de que se puede vivir feliz, aun pasando por momentos dificiles. Pero para esto es necesario contar con algunas columnas que la soporten. En mi criterio estas son: la esperanza, el amor y la fe. Todas estas promueven en la persona la virtud que nos hace crecer y ser mejores personas. Estoy de acuerdo que muchas de estos placeres momentaneos no dejan sino una huella profunda de angustia. Por eso muchas personas apuestan por una via que fomentan estos tres pilares y nos hace mas virtuosos. Este es sin duda para mi: el cristianismo. Donde podemos ser felices simplemente entregandonos a lo demas.