viernes, 12 de octubre de 2012




Con quien sabemos nos ama.
 
Santa Teresa nos enseñó que no era otra cosa la oración que hablar amistosamente con quien sabemos nos ama. No sé si yo podré creer tan firmemente que Dios me ama. Si repaso la historia quizá pueda encontrar algunas razones poderosas para creerlo.
Mi existencia se debe en último término a su acción creadora, yo soy creación suya, hijo según nuestro Credo. Estoy aquí porque él quiere que yo esté aquí, un viviente sobre la tierra. Puedo creer que si me dio la existencia ha sido por amor, no por otra cosa alguna.
Creo también en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro. Si resucitaré y seré llevado al gozo eterno de su presencia cara a cara, debe ser porque él me ama. Quiso para mí el bien de existir en el tiempo y el espacio, no para dejarme en la tiniebla del no ser después de la muerte, sino para resucitarme y llevarme a vivir con él. Quizá eso haya sido por amor que me tiene.
Sentarme a hablar con él de ese amor suyo puede ser tan feliz que nadie pueda imaginarlo nunca si no tiene la experiencia misma de hacerlo. Esta es la fe que se hace oración, que se hace finísima y delicadísima felicidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por recordarnos tan dulcemente que Dios nos ama siempre hasta la eternidad!!!

Zaidy.

Anónimo dijo...

Dios esta siempre ahí para conversar amistosamente con nostros

gosspi dijo...

UY SI NO FUERA POR ESA VOZ DULCE QUE TENGO DENTRO DE MI Y QUE ME HACE ESTAR SERENAMENTE ALERTA...Y QUE ME AMA CON UNA TERNURA TAN DELICADA..TAN PACIENTE.....CREO QUE NO ME SABRIA ENCONTRAR...NO SERIA....ASI DE SIMPLE. SU VOLUNTAD, ES LA QUE ME MUEVE A DAR LO QUE EL ME DÁ....
ME ENCANTAN SUS ENTRADAS....GRACIAS